CANTO
Cien conejos cantaban en Cornualles con gran carisma. Su casa tenía cien camas y se hallaba en el camino de la ciénaga.
Andaban reposando todos ellos, cuando Conejona recordó a Conejeli, un conejo con el que había compartido juegos y risas y sobretodo muchos cantos hasta que Conejeli buscando un clima menos húmedo para sus huesos .Recordó Conejona, pues, que sólo quedaban noventaynueve conejos en la casa de las cien camas situada en el cámino de la ciénaga.
No le gustaba el silencio que había en la casa mientras los otros conejos dormían.
Tantas ganas de diversión tenía Conejona que casi empieza a cantar a grito pelado pero pensó en los demás conejos que dormían y que no querían ser despertados y empezó a bailar intentando hacer el mínimo ruido posible. Bailaba felizmente cuando cayó en la cuenta que quizás sus zapatos hacían demasiado ruido al bailar y también podían despertar a los otros conejos. Así fue como Conejona se metió dentro de la bañera a bailar.
Obtuvo aún más diversión cuando empezó a disfrazarse con las toallas y danzaba con ellas.
Con tantas ganas bailó Conejona que se cayó de la bañera, rompiendo la mampara en mil pedazos y despertando a los noventa y ocho conejos restantes.
Ahora sí que estaban enfadados con ella los demás conejos y tanto se pusieron a gritarle que Conejona salió llorando y se dirigió al acantilado donde se puso a contemplar las aves preguntándose como sería volar para poder irse bien lejos de allí donde le gritaban (para ser exactos sólo le habían gritado una vez, pero la tristeza no deja ver con claridad).
No había nadie en el pueblo a aquellas horas tan tempranas excepto el panadero, que ya se dirigía a su obrador, pero tanto sueño llevaba que no reparó en la presencia de Conejona, de otro modo se hubiera dirigido a ella al ver su triste rostro y le hubiera escuchado como hacía con frecuencia con los habitantes del pueblo.
Todo esto pasó antes de que Conejona encontrara un animal sorprendente, una minigata.que vivía en una minicaja. Aquel viernes la paleta de los sentimientos desplegó muchos de sus colores para Conejona: primero la añozanza de su amigo, luego la alegría del baile, después la tristeza por el enfado de los otros conejos y ahora la sorpresa por una minigata que olía a rosas y jazminnes y se comportaba como si fuera una gran estrella de hollywood.
Ofelia, extraño nombre para una minigata , había viajado por todas partes, incluso llegó a Milán para cantar en el famoso teatro de la Scala pero una vez allí le habían dado con la puerta en la cara.
Cara de pocos amigos se le quedó a Ofelia en aquella ocasión y volvió a su pueblo de siempre. Siguió considerándose una estrella, aunque eso sí, poco comprendida.
Aún no hemos dicho nada sobre Ofelia, que era como un gato pero más mini, lo que hizo que Conejona la perdiese en más de una ocasión y se viese obligada a llamarla a gritos.
Tan amigas se hicieron Ofelia y Conejona que subían a los árboles a bailar y cantar día y noche.
Ofelia era una gran amiga y Conejona no quería volver a la casa con los demás conejos, un lugar donde no se podía bailar por las noches.
Conejona se había sentido muy triste cuando todos le gritaron por haber roto la mampara y por despertarlos y ahora que podía cantar y bailar a cualquier hora y en cualquier lugar era más feliz
Aunque Ofelia también estaba muy feliz junto a Conejona , no había abandonado su sueño de ser una gran estrella y un día partió por la noche , aunque, eso sí, dejó junto a Conejona su talismán mágico que todo lo transformaba en mini.
Nunca había Conejona viajado y pensó que en esta ocasión lo mejor que podía hacer era conocer el bonito mundo del que tanto le hablara su amiga Ofelia.
Todo tipo de aventuras le sucedieron a Conejona, vio casas asentadas sobre patas de gallina y gallinas con ruedas en vez de patas y por supuesto, también vio monos, elefantes, tigres y unicornios.
Otro día llegó, otros parajes conoció y estaba paseando felizmente Conejona cuando vio una escoba abandonada de color rojo en el bosque por el que paseaba, en la que se iluminaba un letrero que decía "Mantenenme alejada del polvo". Pues sí que es esto raro ¿Para qué sirve, entonces esta escoba? se preguntó Conejona.
Con mucha precaución de que no rozase en sitios con polvo, Conejona decidió cargar con la escoba, ya que nunca se sabe que se puede necesitar cuando uno viaja por el mundo.
Al día siguiente, Conejona encontró una niña con una escoba igual que la suya pero de color naranja que dijo llamarse escoba-ann.
Nunca hubiera Conejona imaginado el poder que tenían ambas escobas. Mientras escoba-ann y ella charlaban sujetando sendas escobas, las escobas decidieron que tenían prisa y empezaron a tirar de ellas.
Tan asombradas estaban ellas que no paraban de preguntar ¿y adonde vamos? Ambas escobas se iluminaron con la siguiente frase " ver vuestro futuro" y la de Conejona puso después "limpiate primero los mocos",y es que no es fácil llevar todo lo que se necesita cuando se viaja por el mundo y en este caso, Conejona no llevaba pañuelos.
Ojos llenos de lágrimas por las risas, narices con mocos goteando y una gran sonrisa era la expresión que ambas tenían cuando se empezó a proyectar su futuro en el tronco de un árbol del bosque.
Con las imágenes que aparecieron en el árbol, Conejona pudo ver como un águila atacaba la casa de los cien conejos, en Cornualles, camino de la ciénaga y no esperó a ver el final para salir corriendo a intentar salvarlos.
Antes de que fuese demasiado lejos, la escoba estaba delante suyo con un letrero que decía "sube, irás más rápido".
Nunca hubiera pensado que la escoba volara tan rápido
Tenía razón la escoba, volando llegaron en un periquete.
Otra cosa bien distinta era que Conejona tuviera algún tipo de plan para luchar contra las aguilas.
Claro, se dijo a si misma , el talismán de su amiga Ofelia, que todo lo transformaba en mini. Dicho y hecho, hizo uso del talismán para convertir a las aguilas en miniaguilas.
Agradecidos quedaron todos los conejos con ella pero también felices de verla de nuevo pues habían estado preocupados por su suerte.
Naturalmente hubo muchos besos y abrazos.
Tengo que pedidos perdón. dijo Conejona, pues en su largo viaje había aprendido muchas cosas, entre ellas que hay que respetar a la gente cuando duerme, y que hay que pedir perdón cuando una se equivoca
Otro final sería posible, siempre que tú lo imagines.